El habitat de Los Lules: Vilelas comprendió los territorios históricamente ocupados por los matacos.
Llegaron a esta zona, por la senda de Macomitas y se establecieron al norte del “Río Ullummampa” hoy Río Lules donde constituyeron la "Provincia de los Lules”.
En estos territorios fueron encontrados por las expediciones de Diego de Almagro en 1536.
En 1543 la expedición de Diego de Rojas se topó con el Cacique Kanamico. Encomiendas y evangelización : El 23 de Noviembre de 1592 los Lules fueron encomendados por el Gobernador Juan Ramírez de Velazco a Melian de Leguisamo esposo de Alfonsa de Guevara.
"Lules, una huella jesuita", pone en escena el culto de los indios lules a la tierra, el agua y el fuego.
Más información tucumaneada de www.camdipsalta.gov.ar . Pero cheeee, chupadores, fumadores, jodones, quilomberos.... y por si faltara poco caniiiiiiiibales. Guarda con los Lules.
Lules y Vilelas
Pese a que el estudio de los distintos grupos indígenas de la Argentina nos obliga a contextualizarlos dentro de un área geográfica delimitada, ello nos puede llevar a la falsa creencia de que nos encontramos frente a culturas fijas en el tiempo y el espacio. Nada más lejos de la verdad, pues hay que reconocer que en tiempos prehispánicos la gran movilidad de pueblos era evidente. Ejemplo de ello fueron los lules , agrupación de cazadores-recolectores llegados en tiempos remotos desde el Amazonas brasileño a la región occidental del bosque chaqueño. Desde allí, estos belicosos nómadas tomaron contacto con pueblos sedentarios de cultura andina en la zona de Santiago del Estero y Tucumán, como los tonocotés, a los que hostigaban y saqueaban frecuentemente. Según fuentes españolas, los lules practicaban la antropofagia y de no ser por la conquista hispana "...hubieran acabado con los tonocotés..." afirmaba el padre Barzana.
De gran talla y esbeltos, los lules se alimentaban preferentemente de los productos de la caza y la pesca, complementando esta actividad con la recolección de la algarroba y miel de abejas silvestres. Utilizaban arco, flechas, macanas y dardos arrojadizos. Habitualmente desnudos, solían cubrirse con plumas de ñandúes, por lo que los españoles llamaron "juríes" a estos indios en sus primeras crónicas del siglo XVI, ya que esta palabra provendría del quichua xurí , nombre con el que los pueblos andinos designaban a esas aves corredoras.
Por su parte, los vilelas , vecinos de los lules y culturalmente emparentados, se diferenciaban de éstos en que habían adquirido hábitos sedentarios, con una agricultura incipiente y cría de animales. De costumbres más pacíficas, gustaban de la música y la danza